Ni taxis espaciales ni naves particulares a precios astronómicos. La empresa japonesa Obayashi planea para que ir al espacio en el 2050 sea cuestión de coger un ascensor.
Esta compañía, que alberga la esperanza de que la Luna sea un destino turístico bien pronto, contaría con futuros desarrollos de la tecnología en materiales como los nanotubos de carbono para establecer una base en el espacio que se uniría a la Tierra a través de una serie de cables que se encargarían de habilitar una especie de ascensor.
El sistema se transporte estaría compuesto por pequeños vehículos robóticos y escaladores que ya están desarrollando en la Universidad de Kanagawa, con capacidad para unas 30 personas. Esos vehículos tardarían unos 7 días en alcanzar los 96.000 kilómetros a los que la empresa pretende hacer llegar su ascensor especial.
Por ahora, con la técnica de los nanotubos de carbono, en la empresa solo tienen capacidad de alcanzar unos pocos centímetros de cable magnético, pero se rigen por el optimismo y confían en que para 2030 la tecnología ya les permita elaborarlos de cualquier longitud que deseen.
Desde la compañía, que podría ver cómo otros organismos y países se suman al proyecto, esperan que este tipo de infraestructuras también contribuyan a generar energía solar de forma más eficaz y poder transportarla a la Tierra. Por ahora, poco más que un sueño.