En un primer piso de la calle de Miguel de León Gracia vive Domingo Navarrete, un jubilado que llegó a la urbanización de Balsas de Ebro Viejo en el año 70. Entonces tenía 24 años y ahora ronda los 68. Durante los últimos años, Domingo ha observado cómo abandonaban sus viviendas muchos de sus vecinos a los que, como les ocurre hoy a él y a su mujer, cada vez les resultaba más complicado entrar y salir de casa sin un ascensor. «Unos vecinos del cuarto se vieron obligados a irse porque el señor no podía subir ni bajar y se pasaba días sin salir de casa», explica Domingo.
La carencia de ascensores es el problema principal de los vecinos de Balsas.La edad media de los residentes de esta zona supera ya los 70 años dado que la mayor parte llegó al barrio en los años 69 y 70 rondando la treintena. Con el paso del tiempo, los matrimonios jóvenes y con hijos de aquel entonces han ido envejeciendo y ahora, si quieren salir a la calle, tienen que abandonar sus hogares y poner rumbo a una residencia o a casa de sus hijos.
Según asegura Esther Blasco, presidenta de la asociación de vecinos de esta urbanización, la falta de ascensores ha causado que actualmente se vacíen muchos pisos. «La mayor parte de los vecinos son parejas de jubilados y en cuanto uno de los dos sufre un problema de salud se ven obligados a mudarse. Las sillas de ruedas no son viables aquí», se queja Esther.
La rehabilitación de los edificios de Balsas de Ebro Viejo se incluyó, antes de que estallara la crisis económica, entra las zonas de Zaragoza que aspiraban a una subvención europea para este tipo de rehabilitaciones en edificios antiguos de la ciudad. Entonces se llevaron a cabo los estudios previos para realizar la renovación y la mejora de la eficiencia energética de esta zona clasificada como Conjunto Urbano de Interés. La crisis ha ralentizado la economía pero no el paso del tiempo y los habitantes de Balsas siguen envejeciendo y sufriendo la falta de ascensores. Por esta razón, solicitan ayuda cuanto antes y que llegue esa subvención para llevar a cabo la instalación de ascensores exteriores en sus edificios, ya que ellos solos no pueden costear los gastos.
Fuente: Heraldo