Desde tiempos muy remotos, la humanidad trataba de inventar algo con el que pudiese desplazar, de manera vertical, las cargas. Un claro ejemplo lo encontramos en la construcción de pirámides y en los elementos arquitectónicos romanos. El transporte y la elevación de materiales era objeto de preocupación hasta el Renacimiento y es a partir de los siglos XVII y XVIII cuando comienzan a aparecer nuevas necesidades en lo que a transporte se refiere. A raíz de estas nuevas necesidades, en 1853, con la ayuda de innovaciones tecnológicas, nace el concepto de ascensor moderno. Actualmente, estamos cerca de toparnos con una nueva revolución tecnológica que tiene que ver con el desplazamiento en los edificios.
La revolución consiste en la posibilidad de que los ascensores puedan moverse de izquierda a derecha. Dar un paso más allá y aparcar eso de que los ascensores solo te permiten subir y bajar.
El primer edificio que contará con este nuevo avance será el Rottweil (Alemania), una torre de 244 metros. En ella se instalará el prototipo diseñado por la empresa alemana ThyssenKrupp.
Estas cabinas móviles se desplazarán a lo largo de un carril gracias a un campo magnético creado por un electroimán, tecnología que se conoce como levitación electromagnética. Mismo método que se empleó para el tren Transrapid en Shanghai, China.
Los principales objetivos que se marca esta revolución y con la vista puesta en innovaciones futuras son los siguientes: prescindir de cables y hacer que las cabinas se desplacen tanto vertical como horizontalmente. Además, será posible que en el mismo conducto funcionen varias cabinas.
La tecnología no entiende de direcciones, por lo que es la misma sea cual sea esta. ‘’El dominio del control sobre el desplazamiento vertical permite controlar el movimiento horizontal’’, aseguró uno de los portavoces de ThyssenKrupp. ‘’Solo necesitamos un intercambiador a diferentes niveles, que se encuentra detrás de la cabina que gira 90° para hacer el cambio de sentido’’.
El rascacielos que está en proceso de construcción continuará siendo vertical, es decir, mantendrá el diseño clásico pero esta nueva tecnología servirá para analizar y darle un giro a la arquitectura de los edificios. Ya que las cabinas se podrán mover lateralmente, será posible jugar tanto con la anchura como la altura e incluso con la conexión de varios edificios, utilizando un ascensor horizontal.